domingo, 21 de febrero de 2016

TÚ DECIDES SI SUFRIR O NO.



Hoy tuve una reunión muy linda con un par de amigas que no veo hace años. Irónicamente, una de ellas vive en la misma ciudad, pero por cuestiones de tiempo y cosas cotidianas, solamente nos vemos cuando la que vive en EEUU viene de visita a Perú.
La conversación de hoy fue muy amena y para que decir, muy graciosa, ya que cuando nos juntamos es como si el tiempo no hubiera pasado y las palomilladas de adolescencia y de colegio salen a flote. Carcajadas van y vienen, chistes de doble sentido, intimidades que pueden ser usadas para chantaje, etc.
Uno de los pocos temas serios que tocamos que me pareció muy interesante y que quiero compartir con ustedes, es el hecho de estar atada emocionalmente a alguien que no te quiere, o quizá sí te quiere, pero no de la forma como esperas.
Siempre las mujeres buscamos la formalidad en una relación, nos gusta tener las cosas claras, pero qué pasa cuándo sin planearlo te vas enganchando con alguien que no busca ese tipo de relación y poco a poco te das cuenta que estás “enamorada hasta el cogote”.
Una de mis amigas me contó la historia de una relación así, que mantuvo por el lapso de 3 años. Ella trataba de luchar contra sus sentimientos, pues sabía que jamás iba a tener futuro con esa persona, y por más que su cabeza le decía que lo deje, su corazón la llevaba por otro rumbo.
Ella no podía entender, porqué teniendo él la edad que tenía – pasaba la base 3 – no podía definir sus sentimientos y quedarse y compartir el supuesto amor que decía que le tenía. Quizá no lo decía continuamente con palabras, pero muchos de sus gestos la confundían y la hacían pensar que realmente él la quería. El hecho acá es que el hombre en mención pensaba que ella estaría toda la vida engatusada por él, esperándolo y dispuesta a cada momento que él tuviera para ella, pues cada vez que él la llamaba, ella se daba el espacio para verlo, cosa que no era mutua, pues muchas veces cuando ella quería verlo, él no se daba el tiempo o simplemente la plantaba.
Eso que dicen que un "clavo saca a otro clavo", en este caso, pues sí dio resultado. Sin querer conoció a un hombre que la fue enamorando - aunque ella se negaba a abrirle su corazón, pues sus sentimientos eran extremadamente fuertes hacía “el chico frío”- por fin adquirió la fuerza necesaria para “piano piano” ir rechazando las veces que “el chico frío” la quería ver. Cuando éste percibió los cambios de actitud en ella, comenzó a llamarla continuamente y a enviarle mensajes de texto diciéndole lo mucho que la extrañaba y que se sentía vacío de no tenerla a su lado, empezó a enviarle flores, chocolates, detallitos y más, felizmente ella no volvió a caer en sus redes. Finalmente, ella ahora vive una historia de amor que al parecer tiene un gran futuro y con alguien que la valora, la ama, le da su lugar, y todo es mutuo.
Ahora va mi duda, ¿por qué siempre esperan perder a la persona para darse cuenta que era la que querían para su vida?, ¿por qué cuándo todo está yendo de maravilla con este nuevo ser que te ama y que lo amas, viene a tocar la puerta, aquel quien no te valoró?
Los seres humanos somos tan complicados, somos tan paradójicos que cuando te tienen no te quieren y cuando te quieren ya no te tienen. Siempre somos – me incluyo- contreras. Siempre nos gusta luchar contra la corriente y finalmente muchos salen ahogados en la soledad, la frialdad de la falta de un abrazo sincero, la ausencia de la suavidad de un beso de amor, la invisible caricia de una mano tierna, la falta de una mirada de ojos enamorados y la escasez de la felicidad que se anhela.
Muchas veces confundimos el amor con la ilusión, con la pasión y creemos sufrir de amor, pero como dijo Dalai Lama:

No sufras por quien no te ama, tú eliges si seguir con el tormento o dejar que la suave brisa toque tu piel. Amor tóxico no es amor. El amor te libera, te da paz, te mantiene feliz, te motiva, te da fuerza; si pasa todo lo contrario no es amor.


CJAT