Hoy tuve una reunión muy linda
con un par de amigas que no veo hace años. Irónicamente, una de ellas vive en
la misma ciudad, pero por cuestiones de tiempo y cosas cotidianas, solamente
nos vemos cuando la que vive en EEUU viene de visita a Perú.
La conversación de hoy fue muy
amena y para que decir, muy graciosa, ya que cuando nos juntamos es como si el
tiempo no hubiera pasado y las palomilladas de adolescencia y de colegio salen
a flote. Carcajadas van y vienen, chistes de doble sentido, intimidades que
pueden ser usadas para chantaje, etc.
Uno de los pocos temas serios
que tocamos que me pareció muy interesante y que quiero compartir con ustedes,
es el hecho de estar atada emocionalmente a alguien que no te quiere, o quizá
sí te quiere, pero no de la forma como esperas.
Siempre las mujeres buscamos
la formalidad en una relación, nos
gusta tener las cosas claras, pero qué pasa cuándo sin planearlo te vas
enganchando con alguien que no busca ese tipo de relación y poco a poco te das
cuenta que estás “enamorada hasta el
cogote”.
Una de mis amigas me contó la
historia de una relación así, que mantuvo por el lapso de 3 años. Ella trataba
de luchar contra sus sentimientos, pues sabía que jamás iba a tener futuro con
esa persona, y por más que su cabeza le decía que lo deje, su corazón la
llevaba por otro rumbo.
Ella no podía entender, porqué
teniendo él la edad que tenía – pasaba la base 3 – no podía definir sus
sentimientos y quedarse y compartir el supuesto amor que decía que le tenía.
Quizá no lo decía continuamente con palabras, pero muchos de sus gestos la
confundían y la hacían pensar que realmente él la quería. El hecho acá es que
el hombre en mención pensaba que ella estaría toda la vida engatusada por él, esperándolo y dispuesta a cada momento que él tuviera
para ella, pues cada vez que él la llamaba, ella se daba el espacio para verlo,
cosa que no era mutua, pues muchas veces cuando ella quería verlo, él no se
daba el tiempo o simplemente la plantaba.
Eso que dicen que un "clavo
saca a otro clavo", en este caso, pues sí dio resultado.
Sin querer conoció a un hombre que la fue enamorando - aunque ella se negaba a
abrirle su corazón, pues sus sentimientos eran extremadamente fuertes hacía “el
chico frío”- por fin adquirió la fuerza necesaria para “piano piano” ir
rechazando las veces que “el chico frío” la quería ver. Cuando éste percibió
los cambios de actitud en ella, comenzó a llamarla continuamente y a enviarle
mensajes de texto diciéndole lo mucho que la extrañaba y que se sentía vacío de
no tenerla a su lado, empezó a enviarle flores, chocolates, detallitos y más,
felizmente ella no volvió a caer en sus redes. Finalmente, ella ahora vive una
historia de amor que al parecer tiene un gran futuro y con alguien que la
valora, la ama, le da su lugar, y todo es mutuo.
Ahora va mi duda, ¿por qué
siempre esperan perder a la persona para darse cuenta que era la que querían
para su vida?, ¿por qué cuándo todo está yendo de maravilla con este nuevo ser
que te ama y que lo amas, viene a tocar la puerta, aquel quien no te valoró?
Los seres humanos somos tan
complicados, somos tan paradójicos
que cuando te tienen no te quieren y cuando te quieren ya no te tienen. Siempre
somos – me incluyo- contreras. Siempre nos gusta luchar contra la corriente y
finalmente muchos salen ahogados en la soledad, la frialdad de la falta de un
abrazo sincero, la ausencia de la suavidad de un beso de amor, la invisible caricia
de una mano tierna, la falta de una mirada de ojos enamorados y la escasez de
la felicidad que se anhela.
Muchas veces confundimos el amor con la ilusión, con la
pasión y creemos sufrir de amor, pero como dijo Dalai Lama:
"Recuerda que la mejor relación es aquella en la que
el amor por cada uno excede la necesidad por el otro".
No sufras por
quien no te ama, tú eliges si seguir con el tormento o dejar que la suave brisa
toque tu piel. Amor tóxico no es amor. El amor te libera, te da paz, te
mantiene feliz, te motiva, te da fuerza; si pasa todo lo contrario no es amor.
CJAT