martes, 21 de junio de 2016

ENSAYO DE UNA MENTE DOMINADA POR TU FAMÉLICA SOMBRA.


Son las 10:31 pm y tengo la mente en blanco. Mi corazón late lentamente, mientras mis pensamientos vuelan directamente hacia la persona que está lejos; lejos física y emocionalmente. Me pregunto qué estará haciendo, y si estará pensando en mí, de la misma manera que yo lo hago. Veo mi celular y entro al “whatsapp”, no está; estuvo conectado hace un par de minutos. Es tan extraño sentir que alguien existe, y a la vez que no está. A veces creo que lo que viví fue producto de mi imaginación, y otras tantas, creación de mi corazón. Un Corazón Partido como la canción de Alejandro Sanz.
Prometí no dar marcha atrás, seguir mi camino y jamás retroceder; como Jean-Claude Van Damme “Retroceder nunca, rendirse jamás”. Hasta el momento estoy cumpliendo mi promesa, una promesa conmigo misma. Promesa que me llevará a olvidarte y, a dejar que alguien mucho mejor, entre nuevamente en mi corazón. Al parecer hay varios en la puerta tocando, pero no quiero abrir; aún no, ahora tomo todas las precauciones del caso para no cometer los mismos errores. El tiempo pasa, las horas son eternas, los minutos infinitos; como quisiera retroceder el tiempo y no haber puesto en bandeja mis sentimientos.  Como dice mi amigo Bryan Barreto en su libro “Una noche, una musa y un teclado”: “Algunos amores no están destinados a ser relaciones. Solo existen y en su universo eso es lo esencial”; exactamente esta frase define lo que me sucedió.  En fin, ya es hora de desaparecerte de mi mente; entonces tomo nuevamente mi celular, y entro al grupo de “whatsapp” de mis amigas de promoción del colegio - Lara, Leona, Pulguis, Candy, Gala, Pequita, Manu, Abby, Suimin, Cassy – simplemente el hecho de escribirnos e iniciar una conversación de cualquier tontería, me alegra la noche.
Ya son las 11:30 pm, y las ocurrencias que tienen estás muchachitas son totalmente risibles. Por ejemplo, Lara, está recontra “full” con su maestría, un poco más y se vuelve loca. Ella se ha tomado un año para darle a tiempo completo a sus estudios. Estamos chateando y no la dejamos terminar su trabajo. Estamos planeando viajar al interior del país, cerca de la ciudad; un viaje de chicas solteras y libres. Suimin, dice que se apunta, ojalá lo haga, siempre dice que sí y al final se retracta. Luego de tanto chatear, les pregunto de qué puedo escribir, porque al día siguiente tengo que enviar mi escrito a la revista “facebookeana”, entonces las ideas que surgen, me dejan con una gran sonrisa y unas cuantas carcajadas. Lara me dice que escriba sobre todo lo que las mujeres hablamos cuando estamos solas; que escriba sobre esos vídeos que Leona suele enviarnos para encendernos, a lo que pensándolo bien, no creo que quieran que escriba sobre ello;  probablemente me devuelvan los artículos por ser fuera de contexto y algo pornográficos. Suimin me dice que escriba sobre el costo de oportunidad de ser madre, sobre los sobrinos y demás. Yo empiezo a contarles sin parar sobre la disyuntiva en la que estoy, entre querer ser madre y también querer libertad; y si elijo ser madre, quién sería el merecedor de tan magna elección; tenía uno en mente, pero su volubilidad y falta de decisión a tan grande edad, lo dejo de lado y lo puso en la lista negra; entonces ahí se complica la cuestión. Las demás al parecer están descansando, porque ni se asoman a la conversa del “chat”.  Lara me dice que no escriba temas aburridos sobre lo de ser madre, y demás cosas turbulentas de cambiar pañales, amamantar; ya que siempre hay temas de esos por todos lados – razón no le falta -. Bueno pues, acá me tienen  contando todo lo que hablé ayer; claro está que estoy omitiendo algunas cosas, que solamente nosotras podemos saber.
Ahora son la 1 am, sigo viendo televisión echada en el sofá y escribiendo con las loquitas de mis amigas. Creo que ya es hora de dormir, no tengo sueño; pero apago la televisión, la luz y me dirijo a la cama. Antes de dormir, vuelvo a mirar mi celular, entro al “whatsapp”, sí, eso pensé; él estuvo conectado a las 11:58 pm y no me di cuenta. No me saludó, no me preguntó cómo estaba; se supone que estoy triste; pero parece que no le interesa. Cierro la ventana del “chat”. Otra madrugada más con ojeras, y todo por ¡UNA MENTE DOMINADA POR TU FAMÉLICA, SIMPLE, ESCUETA Y LACÓNICA SOMBRA!, literalmente, yo diría casi esquelética sombra.
¡Ay el Amor, es tan complicado! Siempre el corazón elige sin darle paso a la razón.

FIN.

CJAT