Son las 10:31 pm y tengo la
mente en blanco. Mi corazón late lentamente, mientras mis pensamientos vuelan
directamente hacia la persona que está lejos; lejos física y emocionalmente. Me
pregunto qué estará haciendo, y si estará pensando en mí, de la misma manera
que yo lo hago. Veo mi celular y entro al “whatsapp”, no está; estuvo conectado
hace un par de minutos. Es tan extraño sentir que alguien existe, y a la vez
que no está. A veces creo que lo que viví fue producto de mi imaginación, y
otras tantas, creación de mi corazón. Un Corazón Partido como la canción de
Alejandro Sanz.
Prometí no dar marcha atrás,
seguir mi camino y jamás retroceder; como Jean-Claude Van Damme “Retroceder
nunca, rendirse jamás”. Hasta el momento estoy cumpliendo mi promesa, una
promesa conmigo misma. Promesa que me llevará a olvidarte y, a dejar que
alguien mucho mejor, entre nuevamente en mi corazón. Al parecer hay varios en
la puerta tocando, pero no quiero abrir; aún no, ahora tomo todas las
precauciones del caso para no cometer los mismos errores. El tiempo pasa, las
horas son eternas, los minutos infinitos; como quisiera retroceder el tiempo y
no haber puesto en bandeja mis sentimientos. Como dice mi amigo Bryan Barreto en su libro
“Una noche, una musa y un teclado”: “Algunos amores no están destinados a ser
relaciones. Solo existen y en su universo eso es lo esencial”; exactamente esta
frase define lo que me sucedió. En fin,
ya es hora de desaparecerte de mi mente; entonces tomo nuevamente mi celular, y
entro al grupo de “whatsapp” de mis amigas de promoción del colegio - Lara, Leona,
Pulguis, Candy, Gala, Pequita, Manu, Abby, Suimin, Cassy – simplemente el hecho
de escribirnos e iniciar una conversación de cualquier tontería, me alegra la
noche.
Ya son las 11:30 pm, y las
ocurrencias que tienen estás muchachitas son totalmente risibles. Por ejemplo, Lara,
está recontra “full” con su maestría, un poco más y se vuelve loca. Ella se ha
tomado un año para darle a tiempo completo a sus estudios. Estamos chateando y
no la dejamos terminar su trabajo. Estamos planeando viajar al interior del
país, cerca de la ciudad; un viaje de chicas solteras y libres. Suimin, dice
que se apunta, ojalá lo haga, siempre dice que sí y al final se retracta. Luego
de tanto chatear, les pregunto de qué puedo escribir, porque al día siguiente
tengo que enviar mi escrito a la revista “facebookeana”, entonces las ideas que
surgen, me dejan con una gran sonrisa y unas cuantas carcajadas. Lara me dice que
escriba sobre todo lo que las mujeres hablamos cuando estamos solas; que
escriba sobre esos vídeos que Leona suele enviarnos para encendernos, a lo que
pensándolo bien, no creo que quieran que escriba sobre ello; probablemente me devuelvan los artículos por
ser fuera de contexto y algo pornográficos. Suimin me dice que escriba sobre el
costo de oportunidad de ser madre, sobre los sobrinos y demás. Yo empiezo a
contarles sin parar sobre la disyuntiva en la que estoy, entre querer ser madre
y también querer libertad; y si elijo ser madre, quién sería el merecedor de
tan magna elección; tenía uno en mente, pero su volubilidad y falta de decisión
a tan grande edad, lo dejo de lado y lo puso en la lista negra; entonces ahí se
complica la cuestión. Las demás al parecer están descansando, porque ni se
asoman a la conversa del “chat”. Lara me
dice que no escriba temas aburridos sobre lo de ser madre, y demás cosas
turbulentas de cambiar pañales, amamantar; ya que siempre hay temas de esos por
todos lados – razón no le falta -. Bueno pues, acá me tienen contando todo lo que hablé ayer; claro está
que estoy omitiendo algunas cosas, que solamente nosotras podemos saber.
Ahora son la 1 am, sigo viendo
televisión echada en el sofá y escribiendo con las loquitas de mis amigas. Creo
que ya es hora de dormir, no tengo sueño; pero apago la televisión, la luz y me
dirijo a la cama. Antes de dormir, vuelvo a mirar mi celular, entro al
“whatsapp”, sí, eso pensé; él estuvo conectado a las 11:58 pm y no me di
cuenta. No me saludó, no me preguntó cómo estaba; se supone que estoy triste;
pero parece que no le interesa. Cierro la ventana del “chat”. Otra madrugada
más con ojeras, y todo por ¡UNA MENTE DOMINADA POR TU FAMÉLICA, SIMPLE, ESCUETA
Y LACÓNICA SOMBRA!, literalmente, yo diría casi esquelética sombra.
¡Ay el Amor, es tan
complicado! Siempre el corazón elige sin darle paso a la razón.
FIN.
CJAT