domingo, 20 de marzo de 2016

¿QUÉ BUSCA UNA MUJER SOLTERA A PARTIR DE LOS 30?


Así como existen hombres difíciles de comprometerse, también existimos aquellas mujeres que se nos complica establecer  una relación, y no es porque no estemos preparadas para formalizar; sino que somos más difíciles de conquistar, y siempre esperamos algo más que una simple relación pasajera. Es verdad que amamos con locura, y nos entregamos por completo a la persona con quien tenemos una relación, pero se nos  genera un conflicto el hecho de pensar  en la convivencia. Tenemos manías muy puntuales y marcadas que algunos no toleran. Sabemos lo que esperamos del futuro, ya sea en compañía de alguien o sin ella. Esto no quiere decir que no tengamos en nuestros planes el vivir junto a alguien, y el compartir una vida en pareja.
Lo que nosotras queremos a esta edad, es alguien que también tenga metas fijas, que haga respetar sus pensamientos, y que no por el hecho de querer caer bien, nos dé la razón en todo. Queremos alguien que nos dé nuestro espacio, que no nos hostigue a cada momento, salvo que sea para enviar algún mensaje, palabra o frase de aliento, pero sin celos absurdos.
Queremos hombres seguros de sí, que busquen en nosotras un apoyo y nosotros también en ellos, sin llegar a la dependencia mutua. Anhelamos sentirnos seguras y protegidas, pero no dependientes.
Las mujeres a los treinta nos volvemos más exigentes y sabemos que no encontraremos un príncipe azul; por lo tanto, los hombres no pretendan conquistarnos con palabrería barata de cuento de hadas; sin embargo, el romanticismo en su justa medida es aceptado y valorado.
Una mujer a partir de los treinta, ya no busca un hombre prototipo “ken”, ahora vemos más allá de las apariencias. Nos centramos mucho más en los sentimientos que en el aspecto físico, estamos en busca de alguien que nos estimule no solo el cuerpo, sino el alma y el cerebro.
Somos más analíticas, lo que no significa que seamos frías; es simplemente que hemos pasado por tantas relaciones que ya sabemos qué cosa queremos y que no.
No solamente esperamos que el hombre proponga, sino también nosotras tomamos la iniciativa y somos detallistas.  Hablamos con claridad de nuestros sentimientos sin miedo a que por ello, el hombre se aleje.
Queremos un hombre que festeje nuestros logros y que no se sienta intimidado por ellos. Nosotras también nos alegramos por sus logros.
Conquistar a una mujer de la base 3 también requiere algo de romanticismo;  besos, abrazos, flores, chocolates, peluches. La cursilería es bien recibida a cualquier edad, y el sentirse amada, segura y respetada es lo primordial para hacer feliz a una mujer como nosotras.
Así que si tú, hombre que estás leyendo este artículo, estás saliendo con una mujer soltera treintañera, no pretendas moldearnos a tu forma; sino que trata de adaptarte a nosotras, que nosotras somos tolerantes, inteligentes y maduras para adaptarnos a tus manías, miedos, y respetarte tanto como te lo merezcas.  Sabemos proteger y dejamos que nos protejan. No estamos en competencia y hemos aprendido a amar a plenitud.

Las mujeres complicadas no existen, lo que existen son mujeres que saben lo que quieren y con quien lo quieren.

CJAT

sábado, 5 de marzo de 2016

Me enamoré de una estrella fugaz.

Siempre pensamos que nuestra media naranja existe, que cuando la encontremos viviremos una historia de Disney, con hijos, y con un príncipe encantado felices para siempre, pero hay historias de amor mejores, aunque algunas personas no las entiendan.
Hace poco tiempo, conocí a una persona que con solo mirarla a los ojos, me da una paz inmensa, con solo hablarle, me desconecta de la realidad. Todo en él me causa felicidad, pero sé que su alma es libre, él es como una estrella fugaz, a la que le pides un deseo, pero no sabes en qué momento se cumplirá.  Los pocos momentos que paso a su lado, me dan la alegría suficiente que una relación de 3 años jamás me dio. Quizás les parezca extraño, pues se preguntarán, ¿cómo puedo ser feliz con alguien con quien únicamente comparto instantes pequeños?, la respuesta es sencilla, y es que gracias a él comprendí que el ser humano puede amar de formas inimaginables. No es necesario un contacto físico para sentir su presencia, solo basta saber que existe en este mundo, para que me sienta feliz de haberme cruzado con él.
No sé si tendremos un futuro terrenal o no, pero lo que sí estoy segura es que lo que sentimos no terminará acá. Tenemos una conexión espiritual enorme, esa “química” que creí solo existía en relatos de ciencia ficción.
Amo la libertad que tiene, la tranquilidad que emana, la pureza que me desconecta. Él es como una estrella que brilla a miles de millones de años luz, pero no interesa lo lejana que su luz esté, pues es tan fuerte, que me da el suficiente calor para calmar el frío de mi alma.
Ambos somos “almas viejas”1 y por eso nos entendemos, sabemos que el tiempo es más que el hoy, más que el mañana, sabemos que el tiempo nos mantendrá unidos, ahora y más allá de lo que nuestro cerebro pueda comprender.
Nunca debes negarte, ni tener miedo de amar a una estrella fugaz, pues las experiencias que se viven junto a esas personas son imborrables, son eternas, y siempre te dejarán los mejores recuerdos. Puede ser, que en el fondo anhele que mi estrella fugaz se convierta en el sol que sale cada día para iluminarme, pero prefiero dejar que vivamos lo que tengamos que vivir, además estoy completamente segura que esta vida no termina aquí, y que si nos volvemos a encontrar en otro plano universal, volveremos a juntarnos para seguir con este camino que nos conduce a una  existencia espiritual plena.
¡Gracias por existir “estrellita fugaz”!

CJAT.